MONSIEUR PIERRE DURANDEAU

 

Pocos datos hay sobre la vida de este residente francés. Vivió entre los años 1844 y 1927.

Luego de obtener estos terrenos (prolongación de los Bañados de Carrasco) bajos y anegadizos, trabajó duramente hasta convertir su quinta en un hermoso parque estilo inglés, ya que su preferencia era por ese estilo donde la vegetación se desarrolla libremente en imitación a la naturaleza, todo lo contrario a los jardines franceses e italianos que usan canteros y otras limitaciones.

Los límites de la quinta estaban enmarcados entre las actuales calles Zum Felde (ex Felipe Cardoso), Avda. Italia, Durandeau,, Avda Bolivia, y Benito Cuñarro., en cuyo sector Este se ha construido el Estadio Deportivo Charrúa.

En un principio se llamaba “Ville Agustine”, en homenaje a su esposa.

Este parque forma un todo continuado con el Parque Baroffio, que es en realidad la cuenca del antiguo arroyo del Molino, cuyas nacientes se encuentran en el Parque Rivera y en conexión con el lago que diseñó Durandeau sobre una laguna natural que allí existía.

 

 

Gral. Fructuoso Rivera.

Nacido en Florida en el año 1784, fue una destacada persona del medio político de la época. Fue fundador del Partido Colorado, luchó contra la invasión portuguesa y participó en una serie de batallas de renombre como por ej.: Carpintería, Cagancha, etc.

En 1831 Fructuoso Rivera – presidente de la República – recibió  venia de la Asamblea General para restablecer el orden en la campaña, a pedido de los hacendados y pobladores del norte uruguayo, ya que decían estar viviendo un estado de desorden e inseguridad . Esta situación era atribuída  a los indígenas que cometían todo tipo de desmanes. Algunos de ellos reclamaban su exterminio.

Rivera los convocó a una reunión en Salsipuedes, en una horqueta formada por la cañada de Araujo y el río Queguay Grande, en el paso del Sauce del Queguay (actual departamento de Paysandú, casi en el límite con Tacuarembó).

Rivera comandó a unos 1000 hombres. Murieron unos 40 ó 50 guerreros charrúas (según relatos de la época) y  se hizo de 300 prisioneros, incluyendo mujeres y niños que fueron conducidos a Montevideo. El 9 de mayo el gobierno reglamentó la esclavitud charrúa.

El exterminio continuó luego en pequeñas acciones militares en una ruta hacia el norte, a través de los actuales departamentos de Salto y Artigas. La persecución fue dirigida por su sobrino Bernabé Rivera, quien luego,  habría sido muerto, junto con algunos de los integrantes de su tropa por charrúas en Yacaré-Cururú (Dpto. de Artigas). Los escasos sobrevivientes indígenas se fueron hacia Brasil.

De los que fueron hacia Montevideo, cuatro fueron llevados a París y expuestos públicamente como “restos de una valiente raza que cesaba de existir”. Ellos fueron Guyunusa, Vaimaca Perú, Senaqué y Tacuabé.

 

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